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Entrevista a Marievellyn Decena: Social Media Manager en Aveiro, Portugal
Para esta freelancer la clave para conseguir clientes internacionales consiste en prestar un buen servicio y fortalecer relaciones profesionales
A Marievellyn Decena la conozco personalmente desde muy pequeña. Nuestras abuelas son hermanas y ahora nuestras profesiones nos conectan aún más. Tuve la maravillosa oportunidad de visitarla en Portugal hace unas semanas y aproveché de entrevistarla para compartir información valiosa sobre ser freelancer en Portugal.
Marievelly Decena es publicista, tiene 35 años y desde hace cuatro años vive en Aveiro, una hermosa ciudad conocida como la Venecia de Portugal. Nació en Maracay, Venezuela, y estudió publicidad en el Instituto Universitario de Tecnología Antonio Ricaurte (UTAR) y obtuvo su licenciatura en Mercadeo en la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC). Ha trabajado en agencias de publicidad y de viajes.
Esta freelancer venezolana —conocida popularmente como Bebella— gestiona redes sociales para varios clientes a escala mundial y presta servicios independientes a empresas en Estados Unidos, España y Portugal. Además trabaja como asesora de viajes a través de su cuenta E-Tickets Agente de Viajes.
Desde que descubrió el marketing digital, Marievellyn vio mucho potencial en las redes sociales. Ahora se especializa como social media manager y comparte consejos y tutoriales para personas y empresas a través de su cuenta de Instagram Color_bybd.
*Si quieres saber más sobre qué hace un social media manager, te recomendamos leer esta nota: Community manager vs social media manager.
En esta entrevista Marievellyn nos cuenta cómo desde 2010 se sintió atraída por el estilo de vida de los youtubers, cómo creó su cartera de clientes, cómo se convirtió en freelancer desde Maracay, su transición de Venezuela a Portugal y cómo es su estilo de vida como freelancer en Aveiro.
Entrevista con Marievellyn Decena:
¿Cómo empezaste en el mundo online? ¿Cómo descubriste la vida freelance?
Desde 2010 cuando empecé a ver la movida de los Youtubers. Me gustó mucho ver cómo ellos podían viajar y trabajar, que desde donde estuvieran podían editar videos, subir contenido. Yo lo quería hacer, pero aplicado a mi trabajo.
*¿Sabes quiénes son los youtubers más populares en América Latina? Te lo contamos aquí: Los 7 Youtubers más famosos de Latinoamérica.
Siempre estuve buscando la manera. En aquel momento yo trabajaba en una agencia de publicidad tradicional en Venezuela, en Maracay. Era una empresa de publicidad exterior, cuando Venezuela empezaba a ser golpeada por la crisis, y era muy costoso imprimir en lonas para vallas publicitarias. Yo le planteé a mi jefe la idea de entrar en el mundo digital y empezamos a ofrecer servicios de gestión de redes sociales.
Mis primeros cursos me los pagó la empresa y se creó ese departamento de marketing digital con Twitter y Facebook, Instagram aún no se usaba mucho. Ahí me di cuenta de que podía hacer esto sin estar físicamente presente.
¿Te gustaba más la publicidad digital?
Me gustaba también la tradicional, pero la veía muy limitada. Luego de ofrecer los servicios digitales, hablé con mi jefe y quedé trabajando como outsourcing —como consultora independiente— y seguí atendiendo mis clientes y ahí empezaron a llegar otros de Panamá y Estados Unidos.
Luego también empecé a ofrecer servicios de páginas web: mis amigos programadores se dedicaban a la parte técnica y yo me encargaba de vender.
Y empezaste a trabajar desde tu casa.
Sí, yo “renuncié”, pero seguí atendiendo a los clientes e iba a la agencia cuando tenía que hacer ciertos trabajos.
¿Cómo cambió tu estilo de vida en Venezuela en 2014 cuando empezaste a trabajar así?
Para mí fue… ¡felicidad total! Yo andaba con mi computadora encima siempre. Podía trabajar desde la casa de mi abuela. A mí me dio muchísima libertad trabajar de forma independiente.
Igual tenía una oficina para atender a algunos clientes porque todavía había gente muy tradicional que necesitaba ver dónde estaba, pero a través de amigos me llegaron muchos clientes del extranjero. También a ellos les resultaba mucho más económico pagar estos servicios en Venezuela que directamente en Estados Unidos. Pero nunca usé plataformas para freelancers, fue por contactos.
Por conexiones que habías hecho anteriormente
Exactamente. Y amigos del día a día que sabían que yo estaba en esto y me decían “necesito tal cosa” o “te voy a recomendar con esta persona”. Me acuerdo que un amigo tenía una franquicia y me recomendó a otro amigo de la franquicia y luego él vendió esa franquicia y me recomendó con la broker— agente de bienes raíces— y fue así en bola de nieve. Mucha gente confiaba en mí sin conocerme, solo por esa recomendación de boca a boca.
¿Conocías a otros que hicieran lo mismo que tú? ¿No te sentías insegura?
Nunca me sentí insegura porque era lo que me gustaba. Me sentía bien, pero sí había cuestionamientos de personas cercanas.
Familia, amigos…
¡Mi abuela! (risas). Mucha gente no entendía. Tengo una prima que tiene una empresa en Estados Unidos y desde hace mucho tiempo ella lleva la parte administrativa por un sistema online y se conectaba desde cualquier parte. Yo la veía y decía: “yo también quiero eso”. Siempre apunté a eso.
Pero la gente no lo entendía. Lo veían muy informal, creían que para ser algo serio y profesional no lo podía hacer desde la sala de mi casa o desde mi cuarto.
Y sí se puede.
¡Totalmente! La pandemia lo demostró.
Y ahora vives en Portugal. ¿Trabajar como freelancer desde Venezuela te permitió emigrar?
Sí, porque inicialmente yo me vine con la mayoría de mis clientes. Pero como iba a empezar una nueva etapa acá, con mi proceso de legalización opté por una residencia por trabajo y empecé a trabajar en cosas que no tenían nada que ver con mi profesión y entregué esos clientes.
Pero luego yo no quería quedarme oxidada, quería mantenerme activa. Lo que yo hago es del día a día, todos los días hay actualizaciones o una red social nueva y una manera diferente de hacer las cosas y empecé con una cliente en específico. Ella creció muchísimo y yo fui creciendo con ella, y empecé nuevamente aquí en Portugal.
Dejaste tu vida freelance y la recuperaste hace poco. ¿La extrañabas?
Sí, la extrañé demasiado.
Además trabajaste en otra área que no estaba relacionada con publicidad digital
Trabajé en hotelería. Yo no sabía si iba a poder ser freelance aquí porque a veces uno siente que tal vez está amarrado a un sistema porque eres extrajero y no es así, pero tal vez lo pensé en aquel momento. Yo quería un trabajo tradicional en mi área, pero la vida me llevó de nuevo a lo que siempre he querido.
Y acá en Portugal has podido ejercer de manera independiente.
Sí, esta cliente me ayudó muchísimo y me dio la base para renunciar a mi trabajo tradicional en hotelería que no me gustaba, y de un momento a otro me empezaron a llegar clientes. Y siempre recomendados. De hecho esta cliente era prima de una persona que me atendía en una empresa en Dallas, Texas, y manejaba tres cuentas con ella y otras cosas.
Claro, ahí está la importancia de construir tu reputación y tu cartera de clientes online. ¿Cómo mantienes la relación con ellos? ¿Cómo es la comunicación?
Bueno, de varias maneras. Con algunos hablo una vez por semana y hay otros que quieren hablar todo el día conmigo (risas). Generalmente es semanal o cada 15 días. Y con mis clientes en Portugal no nos vemos nunca, todo es por llamadas y correos. Con otros hacemos videollamadas, por Whatsapp, email o Zoom.
A muchos no los conozco en persona, pero hay una buena relación. El año pasado cuando fui a Miami todos querían conocerme.
En tu viaje a Estados Unidos tuviste la oportunidad de conocer clientes con los que solo tenías una relación virtual
Sí, y de verdad se crea algo… no una amistad, pero sí un cariño. Y para mí es importantísimo fortalecer esa relación de confianza porque es solo gracias a esa reputación que tengo, y que saben que yo trabajé con alguien conocido, que están seguros de que no les voy a quedar mal.
¿Qué es lo que más te gusta de tu estilo de vida freelance? ¿Cómo aprovechas tu tiempo?
Amo que no me ata a un horario, el trabajo lo organizo dependiendo de lo que tenga que hacer. Yo empecé el año pasado, justo en el verano, y tenía unas vacaciones planeadas. Vivo cerca de la playa entonces trabajaba a cierta hora y luego iba mucho a la playa.
A veces puede ser un poco incómodo porque muchos clientes están del otro lado del mundo y me toca quedarme hasta un poco más tarde porque es cuando pueden tener una reunión conmigo.
Te toca horario de trabajo nocturno a veces.
Sí, pero la verdad para mí este es el estilo ideal de trabajo. Tenía mucho tiempo sin ver a mi familia y los pude ir a visitar mientras estuve dos meses fuera de Portugal e igual estuve haciendo mi trabajo normal. No importa desde dónde esté porque el trabajo se hace y sigue andando.
¿Cómo aprendiste portugués?
Aprendí portugués en el día a día, en mi trabajo. Creo que soy una persona muy expresiva y como me gusta hablar, comunicarme y conocer gente, me motivé. El portugués se parece mucho al español aunque a veces nos juega malas pasadas por los falsos amigos, pero yo después de un año aquí parecía una cotorra.
También hice un curso muy básico, pero solo fui unas cuatro veces porque por mi horario de trabajo al principio no podía ir. Pero hablando y escuchando he logrado tener buen nivel.
Y ahora para gestionar las redes sociales de mis clientes portugueses se me hace fácil porque son cuentas de hotelería, se usa un lenguaje básico de turismo y trabajé en el rubro por tres años.
¿Qué le recomiendas a una persona de América Latina que quisiera trabajar en Portugal como freelance?
Bueno, ahora en Portugal están muy amigables con los nómadas digitales. Hay visas y residencias para estas personas. Si quieren la residencia en Portugal pueden hacer una empresa, como una firma personal, lo que yo tengo. Teniendo una base de cierta cantidad de dinero mensual ya puedes aplicar a ese tipo de residencia y establecerte.
¿Funciona bien el Internet? ¿Crees que hay buenas oportunidades de trabajo en tecnología aquí?
Lisboa ahora es como el Silicon Valley de Europa porque hay muchas empresas que están en crecimiento. El Internet es económico y es bueno. Yo nunca he tenido problemas.
¿Y de tu trabajo específico cómo haces para mantenerte al día? Por ejemplo con las redes sociales.
Siempre estoy muy conectada con expertos en este tema. Yo en mi Instagram, que es la cuenta con la que más estoy activa a nivel profesional, siempre recomiendo seguir la cuenta de Creators, que es donde está toda la información de Instagram y la de Adam Mosseri, el CEO de Instagram. Y también sigo a Ana Isabel Otero, una venezolana experta en marketing que me encanta. También estoy en grupos de Telegram.
Es cuestión de activarse y ponerse a trabajar.
Sí, hay que estar activo y también tengo mi grupito desde que estudiamos en la universidad y siempre nos estamos apoyando. Este mundo tiene muchas vertientes y entonces cada quien está en algo y nos apoyamos siempre. Me gusta conectar y trabajar en equipo.
Pero ahora trabajas más sola.
Sí, yo trabajo sola, pero hay ciertas cosas que los clientes me piden y yo siempre digo “zapateros sus zapatos”. Yo no soy diseñadora gráfica y cuando me piden logos o diseños yo le digo: “No, no lo hago, pero conozco a un diseñador y te puedo hacer la conexión”.
Y trabajas en equipo.
Sí, y están todos en Venezuela. El que hace las páginas web porque también los clientes necesitan eso y mi diseñador. Básicamente es con ellos con quienes más trabajo.
Para cerrar: ¿Cómo ves tú que evolucionará este estilo de vida freelance? ¿Es algo que está para quedarse?
Está para quedarse y yo pienso que está apenas empezando. Como dije hace rato, la pandemia demostró que podemos ser eficientes trabajando en pijama, aunque yo no trabajo en pijama (risas), pero desde donde estés.
Puedes cumplir tu trabajo de manera profesional a distancia y cada vez veo a más personas en esto, cada vez veo más herramientas. Ahora veo que mucha gente trabaja como asistente virtual y que paga bien. Todo se hace de manera remota.
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